Mi historia con Paula inició como muchas, nos sentamos de casualidad a un lado, banca con banca, y entre babosadas, nos caímos bien. Éramos las mejores amigas, hasta tercero de secundaria, cuando llegó Pablo, el chico más guapo de la Secu 293.
Pablo era de esos chicos populares, juega fucho en la cancha con sus amigos todos los recreos, el Beto, Julio´s, Pablito, Zacarías y el Balú formaron su mini liguilla de la secu y se pusieron los “Super Champions”, un nombre de caricatura que quedó horrible al intentar sentirse gringos. Todos son idiotas, pero Pablo es lindo y menos cacarizo, los demás están gordos, son muy negros o tienen el cabello de mohicano, se ven horribles en el uniforme verde.
La neta ya le traía ganas a Pablo. Una vez, en el convivio de los maestros, nos dejaron poner música y pusieron canciones horribles de techno ochenteras, pero Paula puso su memoria MP3 y sacó las chidas, “Whenever, Wherever” de Shakira y “Can´t Get You Out of My Head” de Kylie Minogue, a Pablo no le importó mucho, pero cuando lo vi con su mirada, me sentí apenada, se acercaba a nosotras. ¿Qué hago? ¿Por qué vendría hacia mí? Me sentí tan nerviosa que le dije a Paula que si preguntaba por mí, lo distrajera, no estaba preparada, salí corriendo al baño. Al regresar, lo vi hablando con Paula y parecía que no era gran charla, en cuanto se alejó, me acerqué con ella.
-¿Qué te dijo?
-Nada, ya sabes, que ¿cómo estábamos? Y que…
-Ehhh
-Si queríamos ir el viernes a su casa a ver la nueva peli del Gael en su fiesta.
-¿Y tú mamá también?
-Sí, la consiguió en tianguis de Tepiz.
Me sentía aliviada, iría a su casa y quizás me ofrezca sentarme a lado de él.
El profesor de español nos dejó de tarea leer el libro “Las Batallas en el Desierto”, parece de esas pelis que ve mi abuela en el Canal 9, pero la portada tal vez engañe. Como hay pocos ejemplares en la biblioteca, el profesor dijo que los que no alcanzáramos tendríamos que comprar uno, nos iba mandar hasta Pino Suárez, pero, ¡que hueva!
En eso se me acercó Pablo, pensé que sólo saldría pero se detuvo frente a mí y me empezó a hablar.
-¿Quieres que te preste el libro?
-¿Enserio lo tienes?
-Sí, este libro siempre lo dejan en las escuelas y mi hermano lo compró porque le gustó, pero a mí me sirve ahora, si quieres te lo presto, al fin y al cabo ya me sé la historia, nunca lo leí pera hasta rola tiene.
-¡Sí! Con gusto, el día de la fiesta me lo das.
-Ha, de eso, pues se cancela la fiesta, mi hermano no saldrá y él es muy soplón.
-¿Entonces, cuando me lo darás?
-Vengan el viernes, si quieren las invito a ver la peli, es que lo otro era más desmadre, pero con ustedes no pasará nada malo.
Paula me insinuó que debería ir sola con él, que ella diría que no podrá, pero no me siento a gusto sola, ¿y si no pasa nada o no le gusto?, ¿a quién recurriré?
Ya era viernes, y saliendo de la secu, Pablo nos esperó afuera de la barda, sólo nos vio y lo seguimos, él vivía cerca, por la cuarta, mi abuela vive en el Salado. Lo bueno es que no era día de tianguis, porque el de aquí es el más grande que hay en el DF, sin mentir. Paula era una vaga de primera, ella vive por Chalco, y llega y se va sola, nunca le dicen nada; llegamos a la casa de Pablo, pero su hermano no está, primero se asoma si no hay nadie, cuando se cerciora, nos invita a pasar. ¡Vaya que viven puros hombres aquí! No hay arreglos o elefantes de cerámica, puros posters y trofeos de futbol; en su cuarto hay un poster muy cagado, es una africana de afro, negrita pero de ojos azules, muy guapa, y dice: “¡Rarotonga no ha muerto!”
Pablo saca unas latas del refri, nos dice que no son tan malas, que nos acostumbraremos a su sabor, su papá las toma y su hermano también, y que por ser nosotras, era una ocasión especial. Era cerveza Modelo (¡guácala!), no me gustó el sabor, pero a Paula no le incomodaba, pareciera que no era su primera vez; puso la película en su DVD y empezamos a ver como Diego y Gael conocían a la españolita güerita. Hombres baboseándose por unas chichis (¿Pablo se fijará si tengo chichis?).
Esa cerveza me estaba mareando, sólo cabeceaba en el sillón. Pablo me pregunta si tengo sueño, sólo quiero responder no, pero mis ojos se cierran.
-Déjala descansar un rato, ella no sabía qué era la cerveza.
Pablo me deja dormir en su cama, me cubre con su sábana, y se regresa a la sala con Paula. Me quedo dormida por instantes, y sólo escucho que apagaron la televisión, y prenden la radio, no sé qué estación pero los locutores aburren.
Cuando despierto se escucha en la radio “6 con 23 minutos hora centro y ya hay tráfico en la Zaragoza…”
¡En la madre! ya es tarde y Paula se tiene que regresar, me levanté para buscarla y antes de gritarle llegó a la sala…
Música de fondo del 98.3 “Cuando cae la noche, sobre ti, sobre tus hombros, tú sabes cómo te duele estar aquí…”
¡Qué poca madre! Paula y Pablo se están fajando, y ella hasta le baja la mano para meterla en su falda. ¡Pinche piruja ¿No que ella haría mal trío?!
Pero no tú Pablo, pensé que me buscabas a mí, o quizás fui estúpida para no darme cuenta que la querías a ella.
“Cuando cae el remordimiento, sobre ti, sobre tus manos.
Tú sabes cómo te duele haberlo hecho. Sin embargoooooo, ella está a tu lado, nunca solo te dejó…”
Me metí al baño a vomitar, el asco que me daba ver a “mi amiga” besando a “mi Pablo”, o tal vez era la Modelo. Paula entra al baño y me dice:
-Ya vámonos Vere, que por ti me estoy quedando.
Tags: Rock, Café Tacvba, adolescencia, Las Persianas, historia, rock, secundaria, Chalco, , nota de Tipo Raro (@luck_sky100), noticias internacionales
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