Deathcore no reconocido
El deathcore nació hace un par de décadas a partir de la mezcla de géneros como el hardcore, metalcore y el death metal, principalmente de los dos últimos, por lo que dentro del diverso mundo del metal fue blanco de duras críticas provenientes de los puristas del género y de todos aquellos que en general siempre tienen algo de qué quejarse. Más allá de las críticas frente a lo técnico, como el uso de breakdowns, al deathcore se le calificó de ser un subgénero carente de identidad y al ser adoptado por un público joven se le estigamtizó con la inexperiencia, la inmadurez y la falta de creatividad por lo que el rechazo creció. Desconocido incluso por aquellos a quienes se les atribuyó ser pioneros de estos sonidos como Despised Icon, que argumentan que al iniciar la banda sus influencias: Devourment, Dying Fetus, Madball, Hatebreed, Obituary, Sepultura, forjaron el camino de su sonido por lo que no entendían cuando se les vinculaba con el subgénero. Parecía ser que el deathcore estaba destinado a quedar enterrado en el catálogo musical de un público reducido, fan de lo underground.
Para finales de la década pasada, luego del auge del emo o fake emo y con la intervención una vez más de las redes sociales, el deathcore tuvo una suerte de segundo aire a manos nuevamente de una joven generación que se apropió el sonido y llevó al género a formar parte de diferentes festivales a lo largo del mundo y a las bandas a presentarse en distintos países, aún con la crítica encima. Bandas como Bring me the Horizon, Suicide Silence, Chelsea Grin, Veil of Maya y Whitechapel fueron algunas de las que consolidaron al deathcore entre el 2008 y la actualidad, aunque recientemente se ha visto opacado por las nuevas tendencias como el surgimiento del trap y el auge (nuevamente) del rap y la electrónica entre (aunque parezca sorprendente) sus seguidores.
Podría decirse que nació con una maldición pues aunque se puedan citar nombres de varias bandas al hablar de este subgénero, es un hecho que aún siguen evadiendo esta etiqueta, ya que en entrevistas son un sin fin de agrupaciones las que reniegan el título.
En el particular caso de Whitechapel se han limitado a hablar de su evolución y crecimiento dentro de la música a pesar de ser reconocidos como parte de la camada del deathcore. Con siete álbumes en sus más de diez años de trayectoria, la banda originaria de Tennessee se ha enfocado en el desarrollo del proyecto para poder seguir ofreciendo material de calidad y que pueda llegar a oídos de todo el público, dejando a un lado la controversia de quiénes son y quienes no hijos del deathcore.
Hace unos meses la banda anunció la salida de su séptimo álbum titulado "The Valley" que será lanzado el próximo 29 de marzo. Este material será un nostálgico viaje para Phil Bozeman, vocalista de la banda, pues hará referencia a su infancia y lo que vivio en Hardín Valley en esta misma etapa. Por lo que está producción será muy personal.
White Chapel se presentará en la ciudad de México el 24 de enero en SALA con motivo de su "This is Exile" tour y su décimo aniversario. Esta es una oportunidad que no se puede dejar pasar para presenciar el show de esta banda referente obligado en la escena y quienes no se caracterizan por frecuentar nuestro país. El headbang y la energía desbordada en su presentación son la combinación perfecta para remontarte a la década pasada y revivir los años de oro.
Para más información del evento visita:
https://m.ticketmaster.com.mx/whitechapel-sala-puebla-mexico-df/venueartist/165270/1243274?lang=en-mx
Whitechapel - Black Bear
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