Por: Jesús Torres
Foto: Óscar "Pacha" Rosas
Ya se había visto en días anteriores anunciado en camiones y vallas, el EX-TOUR del hombre más fotogénico del rock llegaba al Palacio de los Deportes. Sí, Bunbury en el domo de bronce.
Los accesos estaba atiborrados de puestos con mil y una versiones de "el bonito recuerdo pa'l niño, para la niña", y aún faltando media hora para dar inicio, la gente prefería ignorar el ofertón que daban los puestos con tal de llegar a sus lugares.
8:45 de la noche y vino el apagón. Con un intro potente y que sin duda tenía su firma por doquier, él apareció vistiendo un traje blanco muy al estilo de John Travolta en Fiebre de Sábado por la Noche y con un enorme tache rojo que parecía que había pintado Bugs Bunny para que lo arrollara un toro. Sí, si tenía que ver, pero fue involuntario pensar en esa icónica escena de Space Jam.
Recorrió su último disco y "rememoró los viejos". Y sí, rola a rola fue un paseo espectacular por su música. Las luces eran espectaculares, una increíble combinación de lásers, lámparas y LEDS que bien daban un aire a esos viejos escenarios de rock tapizados de latas de luz hasta el techo. Se aprecia. Se aprecia que de vez en cuando un show, y digo show en toda la extensión de la palabra, evoque esos viejos tiempos en que el showman era El centro del escenario y no un cúmulo inmenso de pantallas.
Cómo pocas veces apareció "una canción de la prehistoria", como la presento Enrique. Con un rugido brutal, la gente se emocionó al escuchar ese primer verso de "Héroe de Leyenda". La cantaron hasta quedar afónicos, con un aire de nostalgia y un timbre de voz de esos que sólo te salen después de varias copias de más. Cada palabra la sabían, los más fans, los que los acompañaban, los que fueron y no sabían a qué. Al término, la ovación era inmensa, como pocas veces había escuchado en el domo.
Hizo su clásiquisima finta de "SHA ME VOY!!". Y sí se fué, pero a los 5 minutos volvió para otro set de rolas que fue el definitivo para llevarse la noche. La gente gritaba y bailaba (como podía). "Dímelo, dímelo... !" se podía escuchar al unísono todo el foro en conjunto con Bunbury. Y de nuevo, "SHA ME VOY...". "¡Ay, ajá!", decían algunos fans en las tribunas. Y tenían razon, no pasaron ni quince segundos cuando ya estaba de regreso para su gran rola final.
Al compás de "La Constante", el Palacio de lleno de luces. Era prácticamente un lleno total y todos tenían sus encendedores, flashes del celular o cualquier cosa que pudieran tener encendida para ese último gran número. Honor a quien honor merece, Enrique Bunbury tiene la presencia, experiencia y carisma para mover las multitudes así, así como un Rockstar, así como sólo los grandes lo hacen.
Terminó temprano, al filo de las 11. Algunos salieron queriendo más, otros agradecidos porque seguía abierto el metro. Ahora sí, la gente se abalanzaba sobre "el bonito regalo pa'l niño, para la niña".
Tags: Reseña del tour de bunbury EX-TOUR 2018 en el palacio de los deportes, bunbury gira EX-TOUR en CDMX, , nota de Staff Rocksonico, noticias internacionales
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