Reseña
Por: Ángel Armando Castellanos 'Araña' | Garrobofilms
No necesitaron excesos, ni noticias, ni moda. Fue suficiente la magia de los hermanos Alonso y José María Arreola y Fernando Rivera Calderón. Monocordio lució en El Imperial.
Fue una noche de fusiones. Esas canciones clásicas, suaves, melodiosas, que provocaban alucionaciones hace algunos años se mezclaron con la fuerza, el poder, la intensidad que desde Pájaros y Cuchillos son características en la banda.
Apertura con 'Tratando'. El lugar estaba lleno. La gente se entregó de esta manera. Tal vez no con coros, pero sí con sonrisas. El público encontró lo que buscaba.
'Me haces existir' y la sensación de amor. No había demasiado que decir, demasiado que hacer. Fernando estaba cantándosela a sus compañeros y a su guitarra. Ellos correspondían. Parecía que le hacían el amor al instrumento, a la música.
Mucha más tranquilidad con 'Chicas en Bici'. Reclamo y crítica al gobierno. Eso que se lee en los textos del vocalista cuando se transforma en periodista se manifestó en la canción. Tema que nació en la nueva etapa de la agrupación. De lo más nuevo.
Con 'Triste pero feliz', 'Función', 'Sabines' y 'Fin del mundo' mostraron su lado más intenso. Era un juego constante. Un deleite abajo del escenario. Alonso se dedicó a hacerle el amor a su bajo en forma de solos y los orgasmos los sintió el público.
Increíble mirarlo al bajista cuando Fernando se le acercaba y juntos iban hacia Chema para jugar con la música. De nuevo, abajo estaban las sonrisas, los gritos, la admiración.
Con 'La Vida en un beso' llegaron más aplausos. Fue -tal vez- el momento menos intenso en el show. Hacía falta un poco de tranquilidad. El final estaba cerca. Lo mismo pasó con 'No existe más'.
Otra vez hacia arriba con 'Un beso de tres'. De los más aclamados. El título del tema se hizo realidad. El beso se dio entre el grupo, la música y la gente.
Con 'Un día de esos' se manifestó Mardonio. Después de la gran exhibición del trío, él subió para romper todo con su poesía. Los versos fueron devueltos con gritos. Era la única forma de expresar admiración hacia su trabajo. Gran instante.
Llegó 'Escalera' y el anuncio del fin. No podía ser así. El cierre definitivo incluyó un montón de coros. Ellos callaron para dejar que los otros se expresaran con 'Siempre te Busqué'. Pocas formas tan buenas para terminar un show.
No necesitaron excesos, ni noticias, ni moda. Fue suficiente la magia de los hermanos Alonso y José María Arreola y Fernando Rivera Calderón. Monocordio lució en El Imperial.Reseña en: http://bit.ly/1Px0SDD
Posted by Rocksonico Comunidad Rockera Mexicana on lunes, 8 de febrero de 2016
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