El ex líder de Soda Stereo se olvido de las influencias electrónicas y presenta un disco bien rockero, donde su guitarra y la de Richard Coleman son protagonistas. las nuevas canciones hablan de amor, celos y desengaños, con una belleza inusual para los tiempos que corren. Audios.
El nuevo disco puede ser comparado entre Signos y Canción animal en la discografía ceratiana. Tiene muy poco que ver con sus otros tres discos solistas, Amor amarillo, Bocanada y el tan injustamente castigado Siempre es hoy, donde Cerati apeló mucho más a las máquinas.
La colaboración de Richard Coleman (compañero de ruta en Fricción y cantante de Los Siete Delfines), se siente a lo largo de todo el disco en las guitarras. Coleman pone además su firma en cuatro letras.
Luego de un intenso año de trabajo, a fines del 2005 Gustavo Cerati fue avanzando en su propio estudio en la producción de su nuevo trabajo discográfico, concretamente en la grabación de voces y mezcla, sumándose en esta etapa el ingeniero Héctor Castillo, venezolano que reside en Nueva York, que ha trabajado con artistas como Pete Thownshend, David Bowie, Lou Reed, Suzanne Vega y Philip Glass.
El álbum contiene 13 nuevas canciones y refiriéndose a su nuevo trabajo Gustavo describe: "La concepción sonora y la estructura de las canciones, todo, tiene un empuje rockero dirigido por la guitarra…"
"Crimen", es el primer sencillo.
Lista de cortes:
1.- Al fin sucede
2.- La excepción
3.- Uno entre 1000
4.- Caravana
5.- Adiós
6.- Me quedo aquí
7.- Lago en el cielo
8.- Dios nos libre
9.- Otra piel
10.- Médium
11.- Bomba de tiempo
12.- Crimen
13.- Jugo de Luna