Venimos a mantener chinos

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Por: Rocksonico.com

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Eran la 1:15 de la mañana. Era martes y ahí estaban. Cuatro mujeres junto a una casa de campaña en la entrada del PLAZA Condesa. En la casa estaba pegada una hoja de libreta que indicaba que ahí arrancaba la fila para comprar boletos para FLOW. Rocksonico charló con ellas y te presenta algunas confesiones.

"Venimos a mantener chinos"
"Eso me dice mi mamá cada vez que le digo que regreso al día siguiente porque voy a hacer fila para entrar o para comprar boletos", asegura Lulú.

"No somos otakus"
El que les guste la música japonesa y el ánime no las hace otakus, no van vestidas de cosplays a todos lados -por ejemplo a las acampadas para comprar boletos. Francamente era complicado pensar que FLOW era una banda japonesa si uno se fijaba en la apariencia de las fans.

"Hemos acampado hasta una semana"
Fue en el Pepsi Center en octubre del año pasado. La idea era adquirir boletos para VAMPS. "Es nuestra banda favorita", asegura Fernanda. Al final lograron estar hasta adelante y ver al grupo como querían.

"Yo tengo antifans"
Emily suele estar hasta adelante en cada evento de música japonesa y bailar todo el tiempo. Eso le ha generado "antifans". Jóvenes de su edad la señalan o la insultan en cada presentación. "Estoy donde ellas quisieran estar", responde.

"Tenemos una vida bastante normal"
Tres de las cuatro fanáticas trabajan, la restante estudia. Las mismas que trabajan ya salieron de casa de sus padres y el ingreso que tienen les da para mantener el gusto por la música oriental.

"Esto es más que sólo J-pop o boybands"
"FLOW es una banda que toca rock en japonés. La parte de 'shala, eshala' que escuchas en la canción de Dragon Ball Z es de ellos, obviamente el resto se tradujo al español, pero esta banda hace rock y nos encanta, igual que escuchamos a grupos de J-pop o a boybands", explica Andrea.

"Muchas veces hemos dormido en la calle con sólo un suéter"
La semana que estuvieron afuera del PEPSI Center buscando boletos para VAMPS no pudieron acampar porque la policía no se los permitió. Estuvieron día y noche sobre la banqueta con un suéter para soportar el frío típico de octubre en la Ciudad de México.

"A veces es ganancia traer una lata de atún"
En ocasiones en plan de ir a acampar para comprar boletos surge de imprevisto. Entonces no hay comida ni agua preparada para el momento. Quien pueda llevar lo que encuentre en su refrigerador será afortunada. Normalmente no pasa.

"Un vagabundo nos alimentó por dos días"
"Cuando estuvimos afuera del Circo Volador una semana para ver a una banda, un vagabundo se nos acercó y durante dos días nos llevó de comer, desayunar y cenar. Nos asustamos cuando se nos acercó la primera vez, pero como vimos que traía comida para nosotras, nos hicimos amigos", cuenta Emily.

Por: Ángel Armando Castellanos 'Araña' y David Jiménez 'Chuzo'