Crónica de una muerte anunciada
El viaje por lo eterno llego a su fin. No era casualidad que su separación se viniera cocinando desde hace meses. No somos el colchón ni la almohada en la que Christian Jean y Pablo Cantú –integrantes de la agrupación– meditaban el futuro de su proyecto en Reyno.
La agrupación mexicana se perfilaba para ocupar un lugar ambicioso y privilegiado en la escena del rock en México, pero tales situaciones crearon dos mundos distintos y un solo decline para la banda. Muchos lo pensamos en aquella fatídica presentación en el Pepsi Center el pasado 28 de septiembre de 2018, cuando lo que se preparaba como uno de los conciertos importantes para la agrupación, terminó en un mal sabor de boca, desilusión y mucho espacio en un lugar con capacidad de 6 mil personas.
Llegó el último mes del mismo año y Reyno rompió toda relación con Universal Music, pues bajo el agua se estaba redescubriendo una dualidad futurista que hiciera reivindicar el porvenir del grupo para los meses que vendrían.
Aún quedan fechas por cubrir este 2019 en Estados Unidos, la última el 3 de abril en el Marquis Theatre de Denver, Colorado.
Desafortunadamente el anuncio de la separación hace recordar lo publicado aquel 20 de septiembre del 2018, cuando Rocksonico explicaba las posturas que envolvían a tres agrupaciones: Panteón Rococó, Camilo VII y Reyno. Fuentes cercanas a estas dos últimas bandas mencionadas comentaron a este medio que se jugarían la existencia en el Pepsi Center. Los conciertos en ese sitio definirían su futuro.
Durante la conferencia de prensa en la que se habló de ese concierto, frases como “que sea lo que Dios quiera” dejaban ver la poca importancia que Christian y Pablo estaban dando al show. Estaban cumpliendo con los compromisos previos porque estaban obligados a hacerlo, no porque de verdad se sintieran motivados a hacerlo. La cabeza de ambos estaba en otro lugar.
El concierto fue completamente decepcionante. La ausencia de pasión en su promoción pegó con fuerza en la taquilla. Menos de la mitad de los boletos puestos a la venta habían sido adquiridos. La banda, aún más desmotivada, ofreció poca energía, ejecuciones y sonido brillante –como siempre- pero de energía, de alma, sólo esbozos.
Hoy nos queda claro que el deceso de Reyno no fue tan sorpresivo, lo cierto es que su corto paso por la música ha dejado rastro que sobrevivirá por mucho tiempo, mientras tanto Pablo Cantú (baterista y corista) seguirá impulsando su banda Polaris junto a Patricio Dávila, Diego Rosas y Santiago Carranza, que ya se han presentado en diferentes festivales como en la pasada edición del Indio Catrina en la que también Reyno conformó el lineup. Por otra parte, Christian Jean emprenderá una etapa como solista.
Es por ahora lo que se sabe y lo que se sigue para la banda. Todavía hay fechas pendientes y esperanzas para los fieles fanáticos. Por ahora queda recapitular lo sucedido para poder entender el presente, esperamos curiosamente escuchar lo que nos están por presentar Christian y Pablo, y que sus proyectos sean tan buenos como lo fue Reyno; claro, de eso no hay duda.
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