Galeria
Lorelí Zamora
Mónica Juárez
David Escobedo
La Muerte de Amador, álter ego de Adanowsky, nos remitió a una noche surrealista en donde todos somos testigos de su nacimiento y muerte, iniciando el espectáculo mientras Adán salé de una enorme vagina y un doctor enano le da la nalgada de bienvenida a éste mundo, ante la mirada de varios soldados romanos.
J’aime tes genoux con unas sensuales monjas acompañándolo, al estilo francés. Un par de monjas en una cama morada dan paso a Me siento solo, seguido de Así ya no me quiero, Un sol con corazón y Niña roja.
Como se había anunciado con anterioridad, la participación de su hermano Cristóbal se materializa al pintar dentro de un gran lienzo, primero palabras como Amor y Belleza con colores negro, rojo, amarillo, azul; para terminar utilizándose él mismo como lienzo en un baile liberador y desenfrenado mientras la canción Lo que siempre fui se escuchaba.
En los pasillos de Teatro Metropolitan, bailarinas van derramando pétalos de rosa a los participantes del concierto durante Amor sin fin y la historia continúa con Rock me. Una mujer semidesnuda aparece sentada con un violonchelo acompañando a uno de sus grandes éxitos Saber amar.
Adanoswky hace una pausa y cuenta su primer encuentro con Devendra Banhart dando como resultado You are the one. Le siguen Estoy mal, No, donde pide al público que lo acompañe en el coro para después dar paso a El ídolo, Sexual feeling y Estrella inmortal; y es al término de ésta cuando el asesinato ocurre, entra un pequeño mago (que al inicio caracterizó al doctor) con la bebida que prepara el momento.
Un maniquí es liado a golpes por Adanoswky con un bat representando la muerte carnal, intelectual y sentimental de Amador; y en ese momento la muerte entra a reclamar lo suyo, succionado lo último de su vida.
Procede su crucifixión y entierro. Un cortejo fúnebre con todos los artistas involucrados, que da paso por los corredores del Metropolitan acompañado de mariachis que tocaban Cruz de olvido.
Y como todo aquello que muere puede regresar, Adanowsky regresa al escenario en forma de un ángel que desea cantar como última canción Déjame llorar. Se dan cita sobre el escenario todos los involucrados en el espectáculo, incluidos su hermano Cristobaly su padre, Alejandro Jodorowsky, responsable de la creación del show; quien después de ser ampliamente ovacionado, se retira con su hijo y todos los artistas dando por terminada una mágica noche.
Fotos: Fernando Moguel / OCESA
Tags: , nota de Staff Rocksonico, noticias internacionales
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