La Música no tiene la culpa...
David Escobedo
davicho76@gmail.com
La Música no tiene la culpa… Saúl Hernández, Caifanes
Imagen: Rocka Brown
¿Quién lo diría?, que al escuchar hace muchos años La Negra Tomasa, Caifanes lograría reunir en los mismos foros a las masas y a los rockeros de la época, además de dedicarse a abrir espacios para el rock mexicano tocando en teatros, palenques y medios de comunicación que no contemplaban dicho sonido. Como alguna vez compartiera Saúl, Caifanes trató de alinear un discurso que le hablara tanto a los estratos más bajos como a los más fresas, por lo que no sólo con La Negra Tomasa o el look The Cure de el primer disco causaron revuelo, sino también con una serie de canciones y actitudes que legitimaron su vínculo con la generación que los escuchó (y que a últimos años, escuchaba rolas de Caifanes con Jaguares).
Supieron mantener un equilibrio en su sonido. Incluso se tuvieron un #1 con La Célula que Explota. Además, dejaron una marca en la memoria de todos, por el mito en el que se convirtió el conjunto: que si su manager fue, en su momento, la persona más poderosa del rock mexicano —y que al parecer tuvo que ver con un disco enlatado de la Maldita—; que si la disputa por el nombre involucró no sólo a Alejandro y Saúl, sino también al management y a la disquera (razón por la que el Unplugged de MTV nunca se editó, y además le sumamos que escasea parafernalia oficial de la banda); que detestaban el playback por haberlo hecho durante mucho tiempo para ganarse la vida (Laureano Brizuela, Alaska y Dinarama) y lo evidenciaban en televisión como una forma de protesta. Así que no sólo nos dejaron la música, su presencia marcó un cambio en la forma de vivir y escuchar rock en México.
Terminaba la historia de Caifanes por allá de 1995. Primero, el 19 de febrero de 1995 en la explanada de la Delegación Venustiano Carranza en un masivo gratuito; el saldo: chicas desmayadas, zonas acordonadas, comercios asaltados y hasta una patrulla quemándose sobre Francisco del Paso y Troncoso, además del caos generado en las estaciones aledañas del Metro. Y lo peor: la prohibición del gobierno, por un largo rato, de hacer toquines al aire libre.
2 meses después, el 13 de mayo, cuando en una entrevista en Bogotá, reproducida por Javier Andrade en su programa Conexión Rock de MTV Latinoamérica, se les preguntó:
–A 11 años de estar juntos, ¿Qué tienen en común todavía entre ustedes?
Saúl baja la mirada, mientras Alejandro lo mira de reojo y responde:
–El esqueleto…
Saúl tuerce el rostro y lo mira, Alejandro clava la mirada en Saúl, continúa:
–La cantidad de cromosomas…
Alejandro baja los ojos. Saúl le pregunta:
–¿Qué ves cuando me ves?
Alejandro responde, sonriendo:
–Lo mismo que tú.
Saúl habla:
–No es que nos caigamos bien, ni tratemos de rebuscar actitudes para mantener el negocio bien, ¿no?. De repente, quizá, cuando estamos realmente juntos hay una necesidad muy visceral….
La entrevistadora hace la pregunta final:
–¿Ustedes se divierten o sobreviven?
Mientras Saúl lo observa como si también quisiera saber la respuesta, Alejandro contesta, mirando a la nada:
–Es una justa combinación entre las dos…
Sus respuestas marcaban el final de una historia musical compartida. Sin embargo, para convertirse en una de las bandas más emblemáticas de la historia del rock latinoamericano se necesita mucho más que huesos, genes y miradas que matan.
La noche del 18 de agosto de 1995, en San Luis Potosí, con los acordes de Sabor a mí, Alejandro se despidió de su público, mientras Carlos, su hermano, en uno de los momentos más dramáticos de la noche trataba forzadamente de cerrar la distancia entre el guitarrista y el cantante, tomando a Saúl del cuello y empujándolo hacía Alejandro; aceptando la ruptura del grupo que él mismo (Carlos) ayudó a crear, tomando un micrófono y con la voz entrecortada sólo dijo Caifanes, se acabó.
La reunión de Caifanes en este Vive Latino marca el reencuentro oficial de los 5 integrantes tras 16 años de silencio. Curiosamente, dicha presentación se realiza un día antes del aniversario 24 de su primer tocada, un 11 de abril de 1987 en el legendario Rockotitlán.
Este hecho se complementa con su próxima aparición en el festival Coachella como semi-headliners, cuestión que no sorprende —a pesar de las críticas, ya que se rumora que los boletos para dicho festival se agotaron gracias a ellos — pues Caifanes fue trascendente no sólo para México sino para toda Hispanoamérica, desde sus inicios tuvo un fuerte impacto fuera de nuestro país.
Son estas las razones por las que la música de Caifanes sigue viva en fiestas, bares, cancioneros, en el micro y en los compilados mp3 del metro (casi siempre, con La Célula que Explota). Es más, hasta en la música de Jaguares, aún cuando carece de exposición en los medios rockeros de nuestro país, no así en los medios poperos. ¿Por qué siguen? En aquel video de Conexión Rock sobre el último concierto de Caifanes en San Luis Potosí, los fans decían que sin Markovich, lo mejor para el grupo sería que se desintegrara, y se quedara la leyenda; qué razón tenían, tuvieron que pasar 16 años para que Saúl y Alejandro hablaran y limaran asperezas. Aunque, Caifanes no sólo eran o son ellos dos, Caifanes es Diego, Sabo, Alfonso, Saúl y Alejandro.
Es igual de importante cantar sobre metáforas, adicc
NOTICIAS RELACIONADAS A "CAIFANES"
OTROS TEMAS >
Sus nuevos teléfonos sólo podrán maximizarse si van acompañados de nuevos accesorios telefónicos. Estos accesorios le darán a sus teléfonos un impulso en términos de usabilidad y funciona...">
Tags: , nota de Staff Rocksonico, noticias internacionales
